Prosiguiendo su profundo análisis de las consecuencias del fin del orden mundial heredado después Segunda Guerra Mundial, el LEAP/E2020 ha iniciado desde hace varios meses una reflexión estratégica referente al futuro de Israel. En este número 7 del GlobalEurope Anticipation Bulletin, nuestros equipos presentan las dos grandes opciones que, según nuestros trabajos, se les presentan a los israelíes en cuanto al futuro de su país para el año 2020. La crisis líbano-israelí del verano de 2006 permitió identificar de manera muy precisa los parámetros que definirán en lo sucesivo la ecuación regional de Medio Oriente.
La elaboración de ambos escenarios incluye la transformación, frecuentemente radical, de siete parámetros estratégicos. Cada uno de los dos escenarios es resultado de la naturaleza de la respuesta de los principales protagonistas intervinientes en las modificaciones de su entorno estratégico. La primera presenta las consecuencias, en un entorno radicalmente nuevo surgido de la crisis del verano de 2006, de la continuación por otro decenio de la política adoptada por Israel desde mediados de los años 90. El segundo explora el potencial de una ruptura radical de la política que siguió Israel en los últimos años para adaptarse a las nuevas limitantes en Oriente Medio.
Siete hipótesis estructurales:
- Las fuerzas fundantes ya agotadas: La creación del Estado de Israel fue el fruto de dos grandes tendencias características resultantes de la Segunda Guerra Mundial, ya en vías de extinción o incluso completamente agotadas; por una parte, el sentimiento culpa de Occidente ante el genocidio del pueblo judío perpetrado por los Nazis; por otra, el modelo colonial. La primera tendencia se debilita rápidamente con la lejanía histórica de su hecho fundador, es un factor clave en la creación del Estado de Israel que fue considerada por el Occidente como una intento de compensación por las atrocidades cometidas contra el pueblo judío durante los años 1930-1945 en Europa. La segunda, que prácticamente desapareció a raíz de la descolonización, influyó fundamentalmente en la selección de la ubicación donde se creó el Estado de Israel en la medida de que permitió « recortar un pedazo de tierra » de los territorios administrados por los europeos bajo un régimen colonial.
- El fin del período de « súper potencia » militar: El período histórico de la « súper potencia » israelí con relación al conjunto de su entorno directo en Medio Oriente se cerró con la crisis israelí-libanesa del verano de 2006. Este período se había abierto con la victoria israelí en el momento de la Guerra de Kippour en 1973 y se basaba, en particular, en dos hipótesis ya caducas: la invencibilidad del ejército israelí y la omnipotencia de su aliado estadounidense. La incapacidad del ejército israelí de alcanzar los objetivos que él mismo se había fijado al comienzo del conflicto del verano de 2006, así como la capacidad del Hezbollah de oponerse eficazmente a este ejército, ubicó la fortaleza de israelí en una cierta normalidad regional16. La incapacidad de su aliado estadounidense de intervenir militarmente en el conflicto, así como de bloquear las resoluciones de la ONU que apelaban a la precoz interrupción de la ofensiva israelí, ratificaron el debilitamiento significativo de Estados Unidos en la región17. Esta situación contribuye a socavar aún con mayor fuerza el concepto de « súper potencia » israelí que estaba muy vinculado a la impresión de un total apoyo por la potencia estadounidense, ella misma invencible…
Para leer más : GEAB 7 / 16.09.2006