Un síntoma de la apertura sistémica creada por la Comisión que podría representar un peligro para la seguridad alimentaria europea es la adquisición de terrenos agrícolas por parte de inversores extranjeros y, en particular, chinos. En efecto, las inversiones del Imperio del Medio en terrenos agrícolas extranjeros se han disparado estos últimos años. En total suman 94 000 millones de dólares entre 2010 y 2017, de los cuales la mitad se han invertido en los dos últimos años y más de la mitad en Europa, según el barómetro de dos asociaciones estadounidenses, American Enterprise Institute y Heritage Foundation[13]. Entre 2014 y 2016, Reward Group, un conglomerado chino presente en el sector agroalimentario, químico, inmobiliario y hotelero adquirió 1700 hectáreas de cultivo de trigo en el departamento de Indre en Francia. A finales de 2017, continuó sus inversiones con 900 hectáreas en Allier, una diversificación de las inversiones tras haber invertido ampliamente en el vino francés (posee 143 viñedos). Aunque el presidente Emmanuel Macron haya evocado las “restricciones reglamentarias”, estas inversiones, si se extienden, representan una amenaza directa para la seguridad y la autonomía alimentaria europea[14].
Inversiones extranjeras chinas en agricultura, silvicultura y pesca. A la izquierda: cantidades 2003-2016. A la derecha: porcentaje por país. Fuente: USDA.
¿Qué garantía pueden aportar los Estados miembros y las instituciones europeas a sus ciudadanos-consumidores si ya no son propietarios de sus terrenos cultivables? Existe un riesgo real de que Europa se convierta en el huerto de China. Este país con cerca de 1500 millones de habitantes dispone de pocas tierras agrícolas, a pesar de su superficie de nueve millones y medio de kilómetros cuadrados. Este tipo de inversiones no son, en ningún caso, fruto de la casualidad. Es posible que en el futuro, estos nuevos propietarios rurales destinen el fruto de su recolección prioritariamente a China y no al continente europeo. Los consumidores del viejo continente estarían condenados a “recoger las sobras” o bien a recurrir a importaciones a pesar de la producción continental[15]. Finalmente, ¿está la UE dispuesta a apoyar este tipo de explotación subvencionando tierras agrícolas cuya producción y comercialización se producen al margen de su territorio? Es una cuestión a la cual se está enfrentando Donald Trump, quien cree que las subvenciones de la PAC a los agricultores europeos son contrarias a las normas de la OMC, principalmente en lo que concierne a los productos de exportación, cuyos precios se mantienen bajos por obra de la PAC[16]… Leer el GEAB 126
_________________________
[13] Es decir, 56 570 millones de dólares de adquisición en el sector agrícola, principalmente en España, Francia, Gran Bretaña, Países Bajos y Ucrania. Fuente: China Global Investment Tracker. Véase también “China, voracious buyer of foreign agricultural land”. Fuente: The Express, 25/02/2018
[14] Fuente: L’Expansion, 23/03/2018, The Telegraph, 22/02/2018
[15] Véase Arte: “China kauft Land, Frankreich ist besorgt”, 13/06/2016
[16] En el marco de una disputa con España a propósito de la aceituna negra importada en EE. UU. Fuente: El Confidencial, 12/06/2018
Comentarios