Crisis en el Mar de Azov: lo que dijo el GEAB hace 5 meses (GEAB – 15 de junio de 2018)

Ucrania sigue siendo un poderoso obstáculo entre Europa y Rusia y obliga a los Estados miembros a salir de la dinámica común para preservar los intereses intrínsecamente asociados a la fluidez de sus relaciones con Rusia. De manera individual, estos países (Italia, Austria, Hungría, Grecia, Alemania, Francia, etc.) han tratado de evitar la cuestión ucraniana de modo más o menos notable. Pero tan pronto como se reúnen, la regla inviolable de la “defensa de la integridad territorial de Ucrania” impide todo progreso. El famoso comunicado del G7 es un buen ejemplo de esta falta de imaginación patológica: “Reafirmamos que condenamos la anexión ilegal de Crimea y respaldamos de manera constante la soberanía, la independencia y la integridad territorial de Ucrania en sus fronteras internacionalmente reconocidas”[1].

Mapa de Crimea. Fuente: geolinks

Sin embargo, hay otros predicados más consensuales en los cuales ponerse de acuerdo para llegar a desbloquear la situación, en lugar de dejarse atrapar por esta trampa inútil. Rusia jamás soltará Sebastopol[2] ¡y eso es todo! Esta nueva hipocresía de la diplomacia internacional podría transformar a Europa y Rusia en lo que es Oriente Próximo actualmente a causa de la gran hipocresía que es el supuesto apoyo incondicional a los palestinos, sin ningún medio para ejecutar las consecuencias de este apoyo…

El problema ucraniano no parece estar cerca de solucionarse, incluso aunque se restablezcan gradualmente las relaciones “vergonzosas” entre europeos y rusos. Y no es la última reunión en formato Normandía lo que rebate este punto: es bueno que se reúnan, pero las conclusiones son absurdas[3]. Los ucranianos siguen siendo los palestinos de Europa, mientras los europeos asumen la función de los árabes de Europa (apoyados por la ex-potencia mundial) y los rusos, respaldados por la nueva potencia mundial (China), se mantienen bastante mejor a flote.

En el último número, anticipamos una distensión de las relaciones entre Europa y Rusia. Y ahí está. Pero en este contexto, una verdadera resolución del problema es aún menos factible. Revisaremos nuestras anticipaciones a medida que se aproximen las elecciones presidenciales ucranianas del próximo 31 de marzo de 2019.

Se prevean altercados en el mar de Azov[4] o en el mar Báltico …

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[1]     Fuente: Elysée, 10/06/2018
[2]     Fuente: Wikipedia
[3]     De hecho, no hemos encontrado rastro de la discusión en Internet. Sobre el encuentro: comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán, 12/06/2018
[4]     Fuente: RFERL, 06/06/2018