Aunque en el panorama global se atisban motivos para la esperanza y, por todas partes, aparecen vías para reinventar un modelo funcional, según nuestro equipo, al mundo aún le quedan algunas etapas dramáticas por recorrer.
En particular, el modelo anterior se basaba en el crecimiento, pero el crecimiento es principalmente demográfico. Por muchas razones que enumeramos en este número, el desafío multidireccional a este modelo contará con una gigantesca crisis humanitaria que podría provocar cientos de millones de muertos a medio plazo (5-10 años).
A muy corto plazo, anticipamos el fracaso de la recuperación económica, que se hará visible ya en 2022, y que tendrá un grave impacto en el sistema monetario internacional, que tiene puestas todas sus esperanzas en un crecimiento capaz de absorber las montañas de deuda que pesan sobre el valor de las monedas.
Mientras tanto, los jóvenes se organizan entre la “generación de comerciantes” o la “generación de rentistas”. Si se está gestando una nueva oleada de millonarios/millonarios y los próximos sistemas sociales se están inventando en esta línea, habrá muchos que se queden atrás.
Reina el pesimismo, dirigido por un sistema de información que ahora es inoperante. Y nuestro equipo, a pesar de toda su buena voluntad de buscar sin descanso buenas noticias, se rinde al ambiente general, sabiendo que el pesimismo de la opinión pública es también una fábrica de futuro que hay que observar para interpretarlo y anticiparlo.
Resumen detallado del número 159:
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