GEAB 176

El mundo es tan vasto como queramos que sea.

Nuestro equipo se ha propuesto explorar los equilibrios geopolíticos de poder en este mundo y abrir una ventana a su posible evolución. Si bien el futuro es la piedra angular de nuestra línea editorial, también situamos la pluralidad de la información en el centro de nuestro trabajo. Las investigaciones llevadas a cabo sobre cada tema tratado, de las que se informa rigurosamente en las notas a pie de página, tienen muy en cuenta esta diversidad: diversidad de puntos de vista, diversidad nacional, diversidad lingüística, diversidad geográfica.

Por paradójica que pueda resultar la naturaleza humana, esta apertura mediática y cultural al mundo está ahora en retroceso[1]. Mientras que Internet ha reducido las barreras geográficas de una manera sin precedentes gracias a la difusión casi instantánea de la información, y mientras que la inteligencia artificial realiza progresos asombrosos en materia de traducción automática, el paisaje mediático debería ser un foro formidable para los diferentes puntos de vista sobre el mundo. Las redes sociales, que representaban un potencial sin precedentes para construir una comunidad humana, libre de barreras geográficas o incluso lingüísticas, están ahora tomadas por algoritmos que nos encierran en burbujas de filtros cuyo único objetivo es alimentar nuestras certezas por razones comerciales. Una tendencia hacia el fin de la comunicación que se extiende del espacio digital a la interacción social en el mundo físico[2].

Así pues, consideramos que nuestro valor añadido es único, esencial y necesario en este panorama mediático. Un sistema de información digno de ese nombre sólo puede existir si da un rigor indefectible a la búsqueda de esa pluralidad y diversidad de puntos de vista, una voluntad que exige una vigilancia reforzada cuando las herramientas que debían unirnos se convierten en trampas y se cierran sobre nosotros.

Mientras salimos de la crisis sistémica mundial que ha marcado las dos últimas décadas y entramos en lo que llamamos la “crisis de las soluciones”, esta obsesión mediática podría hacernos creer en un colapso mundial. En el tema que hemos elegido este mes, el consumo, a menudo se han relacionado las teorías del decrecimiento y las predicciones de colapso. Al entrar en un periodo de decrecimiento, que no es un proyecto político sino una realidad sistémica implacable, a estos ideólogos les cuesta reconocer los hechos, que no encajan con la teoría que han defendido hasta ahora. Pero las señales están ahí: nuestro modelo de consumo va a cambiar.

En realidad, en el resto del mundo, el optimismo y los proyectos concretos están inventando la sociedad del mañana, y se están construyendo, surgiendo y fortaleciendo alternativas. Nuestro futuro a veces ya es el presente de otros. Para no encontrarnos atrapados en un pasado tóxico o en un futuro fantaseado, debemos prestar atención a estas realidades que cada vez nos llegan menos, hacer el esfuerzo de buscar estas señales, dejar por un momento nuestras gafas y tomar prestadas las del Otro. Nos comprometemos a llevar a cabo este trabajo de forma sistemática, sobre todo en las noticias breves que encontrarán al final de cada número. También está claro que necesitamos organizar nuestra inteligencia colectiva al servicio de esta ambición. Por eso hemos hablado con Christophe Cesetti sobre su experiencia con este método.
Si no quiere sucumbir al pesimismo reinante, puede contar con nuestro boletín mensual y su infalible determinación para llevar a cabo esta misión de exploración.

Figura – La traducción mediante inteligencia artificial avanza hacia la equiparación o incluso la superación de las capacidades humanas. Fuente: Businesswire

Suscripción

[1]     Fuente: UNESCO, 2022

[2]     Una tendencia que anticipamos en nuestro número de marzo de 2022