Occidente no pudo evitar aclamar la destitución, por los militares de Egipto, de Morsi el pasado 3 de julio. Afortunadamente, todo el mundo se dio cuenta bastante rápidamente que difícilmente se puede reivindicar ser demócrata y saludar un golpe de Estado militar. Por cierto, las apariencias de un movimiento popular de envergadura pudieron engañar, durante […]