En medio de una tormenta, es difícil mantener la mirada en el horizonte. Ves el cielo agitado, oyes el golpeo de las velas, sientes la espuma de las olas en la cara, escuchas gritos de miedo y rabia, y pierdes la orientación. Así es como hay que entender la algarabía que agita actualmente la esfera mediática, pero que, en realidad, tiene muy poco interés.
La práctica ausencia de periodistas sobre el terreno (cobertura de conflictos por delegación[1]), la inclusión en la lista negra de las voces disidentes (sobre todo rusas), el reinado no compartido del maniqueísmo y la cuasi censura de los esfuerzos p
Entre las pocas certezas que se pueden formular sobre la guerra ruso-ucraniana, está esta: ¡es el fin de la Guerra Fría! ... sobre todo, porque ahora se ha convertido en [...]
En 1450, Gutenberg inventó la imprenta y publicó su primera Biblia. 100 años después, el Concilio de Trento inventó el "index librorum prohibitorum”. Entre tanto, Lutero había iniciado el movimiento [...]
Observar a Peter Thiel en la actualidad, sus redes, su ideología, sus mecanismos de influencia, es atisbar un partido republicano estadounidense que se presentará en 2024. El millonario inversor de [...]
Materias primas - Cuestionar las certezas // Energía – Fragmentación del mercado // Criptomonedas – contra-intuición // Dólar – Transmutación // Inmobiliaria – Atención // Arte – "La belleza salvará [...]
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