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El boletín mensual del Laboratorio Europeo de Anticipación Política (LEAP) - 15 Jun 2017

EE.UU., Fed, bonos del tesoro: régimen de adelgazamiento del nivel federal estadounidense a la vista

Los destinos, por un lado, de EE.UU. y por otro, de Europa, presentan inquietantes similitudes. De la misma manera que el brexit, en sí un acontecimiento negativo, libera a una UE paralizada por una gigantesca disfunción estructural, la elección de Trump, tan enormemente traumática para los estadounidenses, probablemente brinde una oportunidad para liberar al país (y sus asociados) de un sistema de lealtad asfixiante.

En numerosas ocasiones hemos mostrado cómo los EE.UU. de Trump han liberado a Europa de un arcaico vínculo estructural transatlántico que oprimía tanto a EE.UU. como a Europa. En este artículo, queremos mostrar que se está reabriendo un futuro también a nivel interno para unos EE.UU. que, desde hace demasiado tiempo, se hunden bajo el peso de las responsabilidades anacrónicas de unos EE.UU. dirigentes del mundo.

La legitimidad del nivel federal estadounidense proviene de dos funciones diferentes pero interconectadas:

Por una parte, su función como motor de generación de riqueza por redistribución/inversión de dicha riqueza generada (retención de impuestos en pos de un crecimiento en la capacidad de reinversión).

Por otra parte, su función como núcleo estratégico de un orden mundial estadounidense (administración de un sistema internacional centrado en EE.UU.).

) se destina al gasto militar.

Gráfico 1 – Gasto del presupuesto estadounidense en 2017. Fuente: USgovernmentSpending.com

A titulo comparativo, Francia, que se sitúa entre las potencias militares mundiales, presenta un gasto militar de alrededor del 3,3% con respecto al gasto público total (estatal y comunitario)[2].

La otra máquina que pesa sobre EE.UU. es la Fed, que ha contraído por sí sola la inmensa deuda de unos EE.UU. obligados a continuar financiando su gigantesca máquina militar mundial, a pesar del derrumbe de la economía (sector inmobiliario, consumo).

Gráfico 2 – Balance de la Reserva Federal en porcentaje respecto al PIB. Fuente: Inflation.us

Entre su maquinaria militar y su sistema bancario, el nivel federal estadounidense ya no representa para las fuerzas vivas del país más que una chapa de plomo de la que hay que deshacerse necesariamente. Muchas veces hemos hablado en estas páginas del riesgo de desintegración del país, de tendencias centrífugas, de tentaciones secesionistas. Estas tendencias se han mantenido poco visibles… hasta que ha llegado Trump, cuyas declaraciones/proyectos políticos inaceptables han llevado a las ciudades y a los estados a revelar un potencial de autonomía inesperado[3], despertando a una sociedad civil preocupada y humillada por esta clase de política.[4]

Pero resulta interesante destacar cómo esta “revolución” estadounidense ahora catalizada por la presidencia de Trump revela cosas positivas: unas clases populares de EE.UU. que sufren, pero han sabido conservar su generosidad, un tejido social denso, ciudades y estados dinámicos, un país que cierra filas contra la cima de una pirámide que ahora tiene derecho a cuestionar… el hecho de que Trump encarne todos los defectos de un sistema de gobernanza, permite distinguir entre estos defectos y el conjunto del país, y autoriza a eliminar los defectos sin proyectar la imagen de rechazarlo todo.

Nuestro equipo anticipa que se han reunido las condiciones idóneas para una reinvención de EE.UU. que no empiece por Washington, sino por los cimientos. Eso no quiere decir que el proceso vaya a ser indoloro… Pero para comprender la reacción de estas ciudades y estados,  más allá de los ultrajes de Trump, volvamos primero a recordar la situación desesperada del país, que no ha mejorado desde el último balance elaborado por nuestro equipo el año pasado, como parte de nuestra serie sobre las elecciones estadounidenses.

EE.UU.: una situación aún preocupante

Con el debido respeto a los defensores del método Coué, no basta con gesticular en todos los sentidos[5] para mejorar la situación económica de un país como por arte de magia. La comunicación, obra maestra estadounidense, puede sostener una falsa ilusión durante un tiempo, pero incluso esta maquinaria estadounidense tan hollywoodiense está siendo testigo de cómo se cuestiona su omnipotencia. Así, si en la eurozona la recuperación del control mediático europeo hace que lluevan las buenas noticias[6], como anunciamos el mes pasado[7], este ya no es el caso de EE.UU. (sino todo lo contrario), en un cambio de papeles muy significativo.

No vamos a pararnos demasiado en las eternas cifras de empleo en EE.UU., cuando además todos saben que las publicaciones oficiales quedan lejos de la realidad.[8] ¿Cómo no llamarlo artificio comunicativo, cuando las extraordinarias cifras de creación de empleo anunciadas mensualmente solo son positivas “gracias” a la necesidad de los estadounidenses de combinar varios puestos de trabajo a tiempo parcial, para compensar la pérdida de empleo a tiempo completo[9]?  ¿O cuando la reducción de la tasa de desempleo, que supuestamente demuestra que se ha alcanzado el “pleno empleo”, únicamente se debe a que los “desalentados” han abandonado la población activa[10]?

Gráfico 3 – Proporción de la población activa entre los hombres de 25 a 54 años, en diferentes países, en 1990 y 2014. Fuente: Escuela de Negocios Harvard

Tampoco nos extenderemos en la caída, el pasado abril, de la venta de inmuebles nuevos, tan importante para la economía estadounidense[11]; o en el hecho de que Morgan Stanley estima que la venta de coches nuevos bajará un 15% en los próximos dos años.

Gráfico 4 – Venta de coches nuevos (millones), 1990-2020 (estimaciones 2017-2020). Fuente: Morgan Stanley

 

Sobra decir que las grandes figuras siempre consideran alarmantes los riesgos que afectan a los mercados financieros (Paul Singer[12] o Bill Gross[13]: “El riesgo de mercado está en su punto más alto desde la crisis de 2008. […] En lugar de comprar barato y vender caro, se dedican a comprar caro y cruzar los dedos”.). No es necesario profundizar sobre el revelador hecho de que el emprendimiento ha disminuido drásticamente en los últimos años en EE.UU.[14], poniendo fin al legendario dinamismo estadounidense, ni detenerse en la proporción récord (15%) de minoristas al borde de la quiebra[15], que confirma nuestra anticipación de 2012 sobre la agonía del comercio de proximidad.[16]

Gráfico 5 – Proporción de empresas con menos de un año en EE.UU., 1978-2014. Fuente: Escuela de Negocios Harvard

 

La desaparición de la clase media

En cambio, nos gustaría subrayar el desmoronamiento del modelo estadounidense antiguamente basado en la clase media, ya que esta se encuentra en vías de extinción, como muestran las últimas decisiones de Amazon de instaurar una “tarifa social” para los más desfavorecidos y la de Walmart de, por el contrario, centrarse en los más ricos[17], lejos de su mercado objetivo original, que justamente era una clase media que ya no existe. Estamos siendo testigos del fin de un modelo en el que los servicios sanitarios o educativos de calidad podían permitirse ser de pago porque los salarios eran lo suficientemente elevados. Sin embargo, desde 2007, los ingresos medios por hogar no paran de bajar (alrededor de -10%)…

Gráfico 6 – Ingresos medios por hogar, 1975-2014. Fuente: Escuela de Negocios Harvard

 

… mientras que los costes de escolaridad aumentan 4,6 veces más rápido que la inflación y los costes sanitarios, 2,5 veces[18] más rápido, hasta el punto de ser prohibitivos para la gran mayoría de estadounidenses. Un año en una universidad privada cuesta “normalmente” entre 40.000 y 50.000 dólares, es decir, de 400.000 a 500.000 dólares por cinco años de escolaridad para dos niños[19].

Gráfico 7 – Costes de escolaridad en instituciones privadas, instituciones públicas al margen del estado e instituciones estatales, 1995-2015. Fuente: US News.

No es de extrañar que la deuda estudiantil alcance los 1,3 billones de dólares[20], una deuda de la que buena parte amenaza con evaporarse, dadas las perspectivas altamente inciertas del mercado laboral.

Como resultado, tres cuartas partes de los estadounidenses hacen frente a dificultades financieras, principalmente derivadas de los costes sanitarios, la carencia de ahorros, la devolución de préstamos, etc.

Gráfico 8 – Inquietudes financieras de los estadounidenses. Fuente: NerdWallet.

 

Así, la situación de los estudiantes en EE.UU. no es demasiado buena… pero la de los jubilados es directamente terrible. Para mantener un nivel de vida decente tras la jubilación y, ante todo, poder hacer frente a los crecientes costes sanitarios, el mínimo indispensable son unos ingresos de 2000 dólares al mes. Un pequeño cálculo muestra que permitirse esta cantidad durante 20 años requiere un gasto de 330.000 dólares, que supone un 4% sin contar con la inflación[21] (comiéndose los intereses y el capital). No obstante, solo el 22% de las personas de más de 55 años disponen de más de 300.000 dólares (véase el gráfico siguiente), es decir, que 4 de 5 baby boomers no disfrutan de una jubilación decente. El 70% posee menos de 200.000 dólares, lo que significa que, si viven solo 15 años, no pueden gastarse 1.500 dólares al mes. Finalmente, el 54% que posee menos de 50.000 dólares, contando con una esperanza de vida de solo 10 años, no puede gastarse ni siquiera 500 dólares al mes. En otras palabras, la situación es dramática para más de la mitad de la población.

Gráfico 9 – Estimación de los ahorros para la jubilación de las diferentes generaciones. Fuente: GoBankingRates.com

 

Sabiendo que 50 millones de estadounidenses tendrán más de 70 años en 2030, esta realidad resulta escalofriante. Es por ello que el rango de edad cuya tasa de empleo aumenta más, es el de los de más de 65 años[22]… Y si cuentan con sus hijos para ayudarles, están equivocados, pues la nueva generación, aunque mejor educada, gana un 20% menos que sus padres baby boomers a su edad[23], señal de un descenso en la escala social todavía más significativo.

Incluso la alta clase media está sin blanca por haber “invertido” cantidades disparatadas en la educación de sus hijos, con el fin de evitar que descendieran en la escala social, y ahora ve cómo se aproxima la hora de enfrentarse a los problemas de salud, para lo cual no podrá más que endeudarse o endeudar a sus hijos. El nivel de vida tan elevado del que gozaban estas clases socio-profesionales en los años 90-2000 se ha hundido y, si la cosa no cambia, muchos morirán en la miseria, no dejando a sus hijos más que deudas. Es en este sentido en el que hay que analizar la elección de Trump y la desconfianza de la sociedad estadounidense.

Trump, el presidente que va a arreglar el mundo

Un presidente elegido en una sociedad que sufre. Y, de muchas maneras, a pesar del descontento, la llegada de Trump a la Casa Blanca ha sido positiva para numerosos intereses convergentes.

Europa por fin puede alejarse legítimamente del gran hermano estadounidense, en un abandono más que necesario para el futuro de los dos bloques regionales y para la reinvención de una relación adaptada a las nuevas realidades (Europa ya no está en ruinas y EE.UU. ya no es la única solución).

El mundo multipolar también sale ganando al encontrar un verdadero espacio de despliegue, con un America first que pone fin al America world – como ya hemos dicho.

La Rusia de Putin ya no es tan poco recomendable frente a los EE.UU. de Trump, por no hablar del potencial de entendimiento entre ambos, que nos permite anticipar que Rusia efectuará un regreso más que militar a la escena mundial.

En política interior, el Estado federal, estancado, tiembla, pero Trump va delegando en él, poco a poco, las funciones demasiado pesadas para él (la policía del mundo, la moneda internacional, la seguridad social universal, etc.). EE.UU. está viviendo una provechosa recentralización que alivia la carga del Estado y le ofrece la oportunidad de hacerse más eficaz. Esta ruptura regulada de un sistema que ya no funciona podrá achacarse a un presidente “inconsciente”, pero habrá que realizar el “trabajo sucio” que nadie se atreve a empezar. Su sucesor podrá reconstruir el Estado sobre unos cimientos más sanos.

Esta retirada del Estado federal sitúa el foco sobre los estados federados y las grandes ciudades. Así, se han emprendido iniciativas positivas que pueden percibirse como la desintegración de la unión, pero también como una necesaria transformación que no habría sido posible si Clinton hubiera ganado las elecciones, por ejemplo.

Los desafíos de desarcaización del país hacen que la sociedad civil se dinamice.

Todo ello nos hace pensar que, a pesar de los problemas, las presiones, etc., los intentos por destituir a Trump no llegarán a nada… o al menos, no antes de la segunda mitad de su legislatura. Este presidente resulta demasiado útil para iniciar una regeneración cuya clave ni siquiera Obama pudo encontrar.

Cuando la Fed se retira progresivamente

Primera señal de suspensión de uno de los componentes vitales de un sistema que se ha quedado sin aliento: de aquí a finales de año, la Fed debería empezar a vender gradualmente su montaña de bonos del Tesoro estadounidense y de títulos respaldados por hipotecas, acumulados durante sus expansiones cuantitativas, sumando un total de alrededor de 4,5 billones de dólares… Ya hemos hablado en numerosas ocasiones de los efectos negativos de las QE, que apenas han sido de utilidad a la economía real (únicamente a los mercados financieros), a pesar de la decisión de Yellen. ¿Logrará llevarla a cabo? ¿Se lo permitirá el estado de la economía y las finanzas estadounidenses? No está claro.

Gráfico 10 – Evolución del balance de la Fed, 2009-2017. Fuente: Bloomberg.

Lo cierto es que es un buen intento de detener una solución del “mundo de antes”, una solución sin duda necesaria en un momento dado, pero que hoy en día es más perjudicial que beneficiosa y se ha convertido en una señal flagrante del mal funcionamiento del “sistema”.

Evidentemente, los tecnócratas son conscientes y el ritmo previsto para la retirada de la Fed está dentro de lo razonable. Las hipótesis más factibles cuentan con la venta de alrededor de 12.000 millones de dólares al mes[24], con un aumento gradual en función de la acogida que tenga la medida, para vender el balance de la Fed en 10 años probablemente. Los sacrosantos mercados no deben verse alterados… no es que la elección de Trump haya transformado repentinamente al país en una guarida de bolcheviques antifinanzas.

Pero, al haber cambiado sus prioridades – especialmente en el plano internacional –, los EE.UU. de Trump pueden permitirse correr ciertos riesgos.

El aparato militar estadounidense: vuelta a casa

Si bien en un primer momento Trump anunció el aumento del gasto militar[25], el régimen de adelgazamiento más imprescindible es, por supuesto, la reducción de este gasto en el presupuesto federal total.

Por otro lado están las repetidas exhortaciones del nuevo presidente a los aliados de EE.UU. para que contribuyan más al presupuesto militar común. Sean cuales sean las consecuencias de estas exhortaciones (aumento efectivo de las contribuciones aliadas o puesta en marcha de soluciones alternativas similares a la Europa de la Defensa), el objetivo de Trumpes meter en vereda al aparato militar estadounidense, enviándolo a una simple misión de defensa del país que, en un segundo momento, permitirá iniciar una reducción del gasto.

Evidentemente, el carácter imprevisible y peligroso de Trump constituye la excusa perfecta para que todos los aliados de EE.UU. efectúen una emancipación estratégica… o una profunda reforma de todos los instrumentos comunes de defensa como la OTAN, bajo unas condiciones de igualdad entre todos los aliados, aliviando así la carga que soporta el nivel federal como defensor internacional.

Puede ser que el hecho de aumentar el gasto militar estadounidense hasta la insostenibilidad social haya creado las condiciones idóneas para desencadenar una transformación positiva – no es que Trump lo haya hecho necesariamente a propósito. Anteriormente mencionábamos que incluso la clase media alta está sufriendo por la situación del país. Una de las características de la clase media alta es su proximidad con los niveles de poder, por lo que su sufrimiento tiene los medios para desencadenar transformaciones mayores.

El mandato de Trump es ideal para provocar el cambio, llevando al límite todos sus defectos. El hombre o la mujer oportuna volverá a comprar el alma del país cuando Trump, a pesar suyo o no, complete su labor de sepultura.

Una reinvención del país desde los cimientos

Pero sin duda, la manifestación más espectacular del cambio provocado por Trump es la reacción de ciertos estados y ciudades estadounidenses. La idea no es nueva y ya ha sido analizada, por ejemplo, por The Nation, el día después de que Trump tomara posesión del cargo[26]. Las ciudades y estados estadounidenses disponen en efecto de una amplia autonomía y de un gran poder, como revela la existencia de “ciudades santuario” y el hecho de que estas hayan podido desafiar al Estado federal para evitar la expulsión de los inmigrantes sin papeles[27]. Hay que reconocer que la iniciativa se está extendiendo… y no está dispuesta a detenerse.

California prácticamente cabalga sola, reforzada por su economía (la sexta en el mundo) y su dinamismo[28]. Pero no está sola, sino todo lo contrario. Frente a la salida de EE.UU. del acuerdo de París sobre el clima, una treintena de ciudades, entre ellas Los Ángeles y Atlanta, trece estados y un centenar de empresas han manifestado su oposición. Este grupo coordinado por Michael Bloomberg (el exalcalde de Nueva York), de todo menos insignificante, pretende unirse al acuerdo de París de la ONU en calidad de país[29] … Así, podrían revivir unos EE.UU. “desunidos”, gracias a un sistema moderno de red de ciudades y estados más dinámicos y acordes al “mundo de después”.

Por una parte, un Estado federal que ya no federa gran cosa y que vive sus últimos días como tal bajo el mandato de Trump, un Estado federal cada vez más visiblemente anacrónico, que se tercermundiza recortando en materia de protección social, destruyendo su medioambiente para explotar materias primas (principalmente petróleo de esquisto), reafirmando su estatus de paraíso fiscal mientras el resto del mundo por fin da un paso en la otra dirección[30]… en resumen, apoyándose en una ideología obsoleta.

Por otra parte, ciudades más modernas y arraigadas en la realidad, de una magnitud más humana, con una novedosa organización en red, integradas en el resto del mundo… sobre cuya base se recreará a medio plazo un nivel de gobernanza común más moderna y ligera.

Estamos siendo testigos de la emergencia de unos EE.UU. de varias velocidades… que, curiosamente, nos recuerda a algo…

_______________________

[1] Fuente: Wikipedia.

[2] Fuente: Wikipedia.

[3] Recordemos las reacciones de “santuarización” frente al proyecto de prohibir la entrada en el país a los musulmanes al inicio de su mandato, que generó fuertes tensiones entre el nivel federal y las ciudades (fuente: TimesLedger, 14/06/2017) y, más recientemente, a la decisión de Trump de sacar a EE.UU. de los acuerdos de París sobre el clima (fuente: Mintz Levin, 14/06/2017).

[4] Las asociaciones feministas nunca se habían mostrado tan decididas a acabar con los arcaicos comportamientos machistas de su nuevo presidente.

[5] Trump, como Sarkozy en su día, parece estar pagando el precio de esta creencia…

[6] Últimas noticias: el paro en su nivel más bajo desde hace 8 años y el crecimiento anual al 2%. Fuente: The Guardian, 27/05/2017.

[7] “Economía: llueven las buenas noticias. Las elecciones presidenciales francesas en el núcleo de una operación europea de recuperación del control mediático”, GEAB n° 115 de mayo de 2017.

[8] Léase por ejemplo “The US Jobs Market Is Much Worse Than The Official Data Suggest: The Full Story”, ZeroHedge, 04/06/2017.

[9] Fuente: The Economic Collapse, 04/06/2017.

[10] En el gráfico siguiente vemos que la proporción de hombres de 25 a 54 años en posesión o búsqueda de empleo era, en 2014, 5 puntos inferior a la proporción en Alemania o Francia, por ejemplo.

[11] Fuente: Business Insider, 23/05/2017.

[12] Fuente: ZeroHedge, 08/06/2017.

[13] Fuente: Bloomberg, 07/06/2017.

[14] Léase el informe de competitividad en EE.UU. elaborado por la Escuela de Negocios Harvard: “Problems unsolved and a nation divided”, septiembre de 2016.

[15] Fuente: Moody’s, 07/06/2017.

[16] GEAB n° 67 de septiembre de 2012.

[17] Fuente: Business Insider, 06/06/2017.

[18] Fuente: USA Today, 08/04/2014.

[19] Léase también este artículo del CNBC, 16/06/2015.

[20] Fuente: Forbes, 21/02/2017.

[21] Un porcentaje que se mantiene elevado aun cruzando los dedos para evitar una crisis bursátil…

[22] Fuente: Forbes, 07/06/2017.

[23] Fuente: USA Today, 13/01/2017.

[24] Fuente: Bloomberg, 12/06/2017.

[25]    Et pas des moindres : 15 milliards USD, qu’il demande… et obtient bien sûr. Source : CNN, 01/05/2017.

[26] Fuente: The Nation, 18/01/2017.

[27]    Source : In These Times, 23/02/2017

[28] “California goes without Washington”, CNN, 12/06/2017.

[29] Fuente: New York Times, 01/06/2017.

[30] Solo EE.UU. se ha negado a firmar un acuerdo de la OCDE para endurecer las leyes en materia de evasión fiscal de las multinacionales… Fuente: AccountingToday, 08/06/2017.

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