En 2030, la Estación Espacial Internacional podría ser el primer museo espacial de finales de los años 90, en el que todos trataban de trabajar juntos.
Al prohibir a los chinos subir a bordo de la ISS en 2011[1], la ISS dejó de ser internacional y obligó a China a ir por su cuenta. En consecuencia, al igual que en los años de la Guerra Fría, el siguiente paso en la conquista del espacio, es decir, el de la Luna, tendrá lugar en una competición entre un bando estadounidense y otro chino: por un lado, la Plataforma Orbital Lunar Gateway propuesto por los estadounidenses en 2018, que aúna a europeos, canadienses y japoneses para su lanzamiento en 2024[2]; y por otro, la flamante ILRS (Estación Internacional de Investigación Lunar), un proyecto chino-ruso de estación lunar habitada, abierto a cualquier agencia espacial interesada (internacional, eso sí), que debería ver la luz hacia 2030.
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Ante los inmensos desafíos que el enfrentamiento entre Estados Unidos y China plantea al mundo, Europa debe ser consciente de que no es un actor insignificante, que debe exponer públicamente [...]
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El año 2025 no está cerca, pero es un horizonte relevante porque corresponde al momento en que los que ahora empiezan a estudiar para trabajar en el mundo empresarial se [...]
Precios: Inflación, inflación, inflación // Mercados de renta variable: una vuelta segura // Impuestos: ¿Qué más? // Bitcóin-oro: desacoplamiento // ___________________________ Precios: Inflación, inflación, inflación Se mire como se mire, [...]
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