El proyecto del Tratado constitucional se encuentra de nuevo en el centro de las discusiones comunitarias durante el inicio de este año 2006. ¿Es esta la señal de un « rebote » del proceso de ratificación o el indicador de un profundo atolladero en el que se encuentra las instituciones y los dirigentes europeos? ¿Qué curso seguirá a este respecto la UE de aquí a la Cumbre de junio de 2006 prevista en su origen para marcar el fin de los «tiempos de reflexión» que se instituyó en junio de 2005?
La respuesta a esta pregunta depende esencialmente del análisis de tres factores, el primero será analizado en este número 1 del GlobalEurope Anticipation Bulletin (GEAB):
El fracaso del proceso de ratificación constitucional, iniciado en el 2004, ciertamente ha probado que otros elementos que anteriormente pudieron haber sido considerados como factores claves no son más pertinentes. Éste es el caso de las declaraciones de intención de los líderes políticos, o de los gobiernos, las declaraciones o publicaciones de las instituciones comunitarias o las producciones de «órganos autorizados», situados en Bruselas o en las capitales nacionales. Eran totalmente convergentes antes del referéndum francés y holandés, incluido en sus análisis de un eventual « No » (a principios de 2005) que concluyeron en una marginación de los países « no situados » en el marco de la continuación del, rápido y masivo, proceso de ratificación por otros estados miembros. Sabemos lo que ha ocurrido en realidad; la UE desde principios de 2006 ha permanecido sumida en las consecuencias imprevistas (sin embargo no « imprevisibles » como lo probó Europa 2020) del referéndum de mayo-junio de 2005.
Se puede considerar, entonces, que una de las primeras consecuencias del « No » francés y holandés, es el inicio de una crisis de legitimidad de todo el aparato analítico de/en la Unión Europea. Este último se ha encontrado totalmente en falta respecto al aspecto central. De un proyecto que parecía fácilmente previsible, la UE, de repente, se encuentra en un proceso que hace fracasar la casi totalidad de los recursos especializados en el análisis de su evolución.
Esta situación genera una doble paradoja:
. por una parte, azuza un interés y una necesidad creciente, por anticipar en los acontecimientos futuros que aparecen más inciertos o incognoscibles a causa de la crisis abierta por el referéndum;
. por otra parte, el aparato de análisis y prospectiva utilizado por décadas para prever el desarrollo de la UE se muestra muy desacreditado para proporcionarnos ahora , informaciones confiables…Para leer más : GEAB 1 / 16.01.2006