En el GEAB n.º 209 de noviembre de 2016 nos preguntábamos si “el euro sobreviviría al año 2017”. Cinco meses más tarde, nos gustaría profundizar y completar nuestro análisis. En efecto, una de las causas de la debilidad del euro está relacionada con la anemia política de la zona euro, demasiado desintegrada como para permitirse una moneda única, o (la otra cara de la moneda, si se nos permite la expresión) con el mal diseño de una moneda única para una zona que es heterogénea.
Nuestros lectores conocen la solución que nos alienta: arraigar la gobernanza de la moneda única en una democracia común que activaría automáticamente todos los principios de solidaridad, convergencia económica y mejora necesarios para hacer de la zona euro un agente económico poderoso y consistente a nivel mundial.
Pero esta posibilidad cada vez está más lejos. Los proyectos de Parlamento de la zona euro presentados por unos y otros (Schäuble, Macron, Hamon) carecen absolutamente de imaginación, limitándose a querer reunir a parlamentarios nacionales y europeos (todos elegidos a nivel nacional) de la zona euro en una nueva cámara “democrática” que en realidad no tiene ninguna posibilidad de reunir a los eurolandeses bajo la gobernanza de su moneda.
Esta expresión de "recomposición caótica" parece ser la mejor para resumir la fase en la que nos encontramos actualmente con respecto al desarrollo de la crisis, etapa que se extenderá [...]
La crisis financiera seguida por la crisis de la deuda ha llevado a un cambio sustancial en el mandato del Banco Central Europeo (BCE) y en la práctica a disposiciones [...]
Euro-diversificación Como parte de nuestras previsiones mencionadas anteriormente sobre la probable reforma de la moneda común, recomendamos "diversificar los euros" simplemente poniendo parte de cualquier ahorro líquido en euros en [...]
Comentarios