GEAB 132

Recordamos que nuestras recomendaciones no tienen una finalidad especulativa (por tanto a corto plazo) y no están dirigidas a ganar más, sino a perder lo menos posible, ya que, en el caso de una crisis sistémica global como la que conocemos, éste es el único objetivo racional

– Oro-criptor: ¡paciencia!
– Criptomonedas: año en blanco
– Operadores de telecomunicación: ¡atención a la tecnología 5G!
– Petróleo: breve desviación a la vista
– Internacionalización del euro: no se fíen demasiado

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Oro-criptor: ¡paciencia!

Con dos artículos sobre el oro en dos números, nuestros lectores podrían creer que recomendamos la compra de oro o criptor. No es el caso…

. En cuanto al oro, desde hace 13 años no hacemos más que reiterarnos en el consejo de guardar a buen recaudo las adquisiciones ya realizadas. Si no posee ninguna, el actual descenso de los precios debe incitarle a hacerse con su pequeña reserva personal, como hacen los bancos centrales

. En cambio, en lo que se refiere al criptor, recomendamos la máxima desconfianza, con un ojo puesto en la evolución de las primeras experiencias.

Gráfico 1 — Cotización del oro en los últimos 12 meses. Fuente: GoldPrice.

Criptomonedas: año en blanco

La desconfianza requerida con el criptooro, mientras los Estados no se involucren seriamente, se aplica igualmente a todas las criptomonedas en general. La última aventura en este ámbito, perfecta para disuadir a los usuarios potenciales de criptomonedas, es el increíble caso de la muerte del CEO de QuadrigaCX, que se ha llevado a la tumba los códigos que permiten acceder a 260 millones de 115 000 usuarios[1]. Como explicamos desde el principio, la cuestión de la regulación está en el núcleo de las criptomonedas. Aunque también es cierto que es en esta fase experimental cuando realmente hay negocio para aquellos a los que les guste apostar… ¡siempre con prudencia!

Operadores de telecomunicación: ¡atención a la tecnología 5G!

¡La tecnología 5G se aproxima[2]! Y con ella, una nueva fase de desarrollo de la datosfera que nos lleva directamente al Internet de los objetos (tras habernos comunicado entre nosotros y con los objetos, los objetos se van a comunicar entre ellos), con aplicaciones como los esperados vehículos autónomos, todo lo relacionado con la domótica, etc. Esta etapa de evolución también va a abrir inmensas posibilidades a toda la realidad virtual. Porque no solamente vamos a vivir a escala natural los juegos, sino también los conciertos, los espectáculos, las exposiciones, las ciudades históricas, la naturaleza, la historia, el espacio… todo ello en nuestros salones, detrás de nuestras máscaras, cascos o gafas conectados a través de nuestros móviles.  Tantos terrenos de juego para las empresas emergentes del mañana y los futuros multimillonarios…