GEAB 132

Es evidente que existe una tendencia al repliegue nacional o regional. Sin embargo, también está Internet, que conecta el mundo de forma permanente. La sociedad humana globalizada, de hecho, trata de encontrar soluciones entre el mantenimiento de una participación abierta al mundo, la reorientación hacia las grandes zonas de actividad económica, la preservación de la identidad nacional y reinvención del valor añadido nacional, y la optimización del nivel de conexión con la realidad de las ciudades. Las soluciones que pueden integrar todos estos niveles existen gracias a las nuevas tecnologías y al modelo de red en general.

Es en este contexto donde hay que situar la reflexión de las instituciones internacionales encargadas de idear el próximo sistema monetario mundial, crecientemente urgente debido a la retirada del dólar. En materia monetaria, si se combinan las nuevas tecnologías (criptomonedas, monedas virtuales, etc.), la dimensión global obligatoria, la necesidad de reconectar el sistema y el carácter ineluctable de los Estados, se alcanzan soluciones evidentes que mezclan la virtualización monetaria compensada por un apoyo en el muy material oro, todo esto garantizado por el único nivel de gobernanza conectado con los ciudadanos, el Estado. Resulta fácil imaginar un sistema monetario internacional técnicamente unificado gracias a la cadena de bloques, basado en reservas nacionales de oro interconectadas en red y materializado en denominaciones nacionales: criptodólares, criptofrancos suizos, criptoyuanes… apoyados en el oro.

Veamos ahora lo que parece ir en esta dirección en la actualidad…

Más allá de los diversos repliegues, la apertura al mundo continúa (un ejemplo es el turismo)

A pesar de las grandes tensiones en el plano internacional, en el plano humano, la necesidad de reunirse con el prójimo e interactuar con otras culturas sigue fuertemente presente. De hecho, entre las tempestades de los grandes conflictos, el turismo a escala mundial está experimentando un fuerte crecimiento[1]. Todos los meses, en torno a 100 millones de personas transitan de un país a otro para visitarlo[2]. En 2017, un total de 1 400 millones personas tomaron la decisión, de forma totalmente voluntaria, de acudir al encuentro de otra forma de vivir. Francia y España son los países más visitados, con 87 millones y 82 millones de turistas internacionales respectivamente, seguidos de Estados Unidos (77 millones de turistas) y China (60 millones de turistas).