GEAB 118

“A falta de futuro, Europa repite el pasado”. A nuestro equipo le resulta interesante identificar el rastro de un eco del Bloqueo Continental[1] en el brexit. Por supuesto, no se trata de hallar un paralelismo exacto, pero este rastro demuestra que el brexit es fruto del rechazo de Reino Unido por parte del continente, al menos tanto como lo es del rechazo del continente por parte de Reino Unido. El hecho es que la década gloriosa del reinado de Reino Unido sobre la UE se remonta esencialmente a los años 90. A partir de mediados de la década del 2000, todo el continente se moviliza para poner a Reino Unido en su lugar, haciéndole perder gradualmente su ventaja táctica derivada de su papel como nexo de unión entre EE. UU. y la UE. El proceso así iniciado para hacer que Reino Unido perdiera el control del continente acabó por prolongarse hasta un completo aislamiento, he ahí el brexit. Y el hecho es que, observando más de cerca, desde la “salida” simbólica de Reino Unido en junio de 2016, la UE se ha embarcado a toda máquina en un proceso de reorganización y fortalecimiento de su integración, principalmente política, mientras Reino Unido se sume en el caos político: divisiones en el campo conservador, imposibilidad de obtener mayorías parlamentarias para negociar el divorcio desde una posición fuerte, incapacidad de poner en marcha el brexit duro con el que soñaban los partidarios del sí, fracaso de las elecciones anticipadas para recobrar legitimidad política… Decididamente, el brexit no es bueno ni para Reino Unido ni para el bando que lo ha obtenido y, cada vez más claramente, está adquiriendo un tono de venganza por parte del continente, por los 30 años que Reino Unido ha estado bloqueando la integración política de la UE.  Y nuestro equipo anticipa que la próxima fase de la crisis política británica será la dimisión de May de aquí a finales de año y un giro definitivo hacia un divorcio “suave” por el cual Reino Unido permanecerá en el Espacio Económico europeo.