Geopolítica: recomposición asimétrica
1 – La niebla de las elecciones estadounidenses perturba la visibilidad mundial
Es importante apreciar las implicaciones de esta falta de visibilidad en el resultado de las elecciones estadounidenses. Presentándose como la primera democracia del mundo, el sistema político estadounidense ha sido durante décadas como un reloj suizo: dos mandatos demócratas, seguidos de dos mandatos republicanos, seguidos de dos mandatos demócratas… La llegada de Donald Trump a la presidencia de EEUU ha roto esta perfecta simetría, en primer lugar por su personalidad y estilo extravagante, su tumultuosa presidencia (que culminó con un proceso de impeachment en las últimas semanas de su mandato) y, por último, el hecho de que no fuera reelegido tras su primer mandato, rompiendo así el metrónomo electoral estadounidense. Hoy, la guinda del pastel es que, aunque los tribunales de varios estados norteamericanos le impidan presentarse, es el favorito en las encuestas, a pesar de que Estados Unidos siempre ha tenido fama de odiar a los perdedores. Tan adorado como odiado, si tenemos en cuenta todos los escenarios plausibles, ¡ni siquiera podemos descartar un posible asesinato! (O una muerte súbita – después de todo, él también tendrá 78 años en el momento de las elecciones). Por otra parte, por otras razones que tienen más que ver con su edad (82 años al día siguiente de las elecciones, el 20 de noviembre) y su presumible estado de salud, poca gente se atrevería a apostar al 100% que Biden mantendrá su candidatura, o que completará su mandato si es reelegido. No sólo es imposible anticipar el ganador, sino que incluso es difícil anticipar con certeza los candidatos a las elecciones (los dos candidatos declarados se baten en duelo por los informes de salud)[1].
La estabilidad política de Estados Unidos dependía, en gran medida, de una alternancia de poder perfectamente regular. En el siglo XXI, un mundo cada vez más inestable no puede permitirse aceptar como líder a una potencia que no ofrece una visibilidad clara, especialmente cuando su principal competidor, China, ofrece un 100% de estabilidad y visibilidad.
Este es un factor obvio, pero a menudo subestimado, que contribuirá al aumento de poder de los BRICS+ y a la pérdida de influencia de Occidente en 2024. La elección de quienes se alineen con los BRICS+ parecerá sin duda la que ofrezca más garantías, oportunidades y una dirección clara para el futuro y para un desarrollo efectivo. La ampliación de los BRICS está llamada a ser un éxito por su ambición (ni mucha ni poca), que deslumbrará a los países que dudan o esperan el mismo resultado de una asociación privilegiada con Estados Unidos y la Unión Europea.
2 – BRICS+: un primer año potente
La serie de elecciones de 2024 no debe ocultar el hecho de que este es el año inaugural de los BRICS “+”. Su oposición al sistema unipolar americanista y a las instituciones internacionales dirigidas por Occidente se radicaliza cada año que pasa. Así es como debemos entender la invasión rusa de Ucrania (que no puede verse aislada de la ampliación de la OTAN) y el proceso judicial iniciado por Sudáfrica contra Israel en el Tribunal de La Haya. Con la elección de Javier Milei en Argentina, los BRICS+ han perdido un miembro estratégico, sobre todo en la agenda de la desdolarización (aunque…[2]). Pero el acercamiento más importante sigue siendo con Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. La alianza perfecta entre estos países y los BRICS históricos sigue siendo el desarrollo de una economía menos dependiente de los ingresos del petróleo. Pueden aportar su fuerza financiera a los Estados BRICS y a los países aliados, mientras que los miembros históricos y los nuevos pueden aportar la mano de obra y las salidas para transformar sus economías. Como resultado, los BRICS+ serán un acelerador del crecimiento y la diversificación económica de aquí a 2024. Esperamos que el NDB (Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS) tenga una mayor influencia en este sector, con sus fondos reforzados y su capacidad para aumentar la financiación que concede a partir de este año[3].
En términos geopolíticos, anticipamos que la ambición de los BRICS+ es dar un golpe diplomático ya en 2024. Los BRICS+ tienen un largo historial de implicación en Oriente Medio (por ejemplo, Ucrania, Gaza, aunque parezca imposible dado que ni Rusia, ni Arabia Saudí, ni los EAU son actores neutrales en el frente de conflicto), y otros movimientos geopolíticos están destinados a aflorar en el transcurso del año (véanse nuestras tendencias sobre Transnistria y el Mar Rojo). Los BRICS+ están particularmente bien situados en el mapa mundial, combinando, con Brasil a la cabeza en 2024, la influencia económica de China, la influencia estratégica de Rusia y la influencia diplomática de Etiopía (sede de la UA)[4].
3 – Taiwán: la obligación de hacer las paces
Los resultados de las elecciones presidenciales en Taiwán revelan una sociedad y una opinión pública divididas. El candidato Lai Ching-te, representante del saliente DPP (antichino), obtuvo algo más del 40% de los votos[5]. Sin embargo, el KMT (prochino), gran vencedor de las últimas elecciones locales, sigue siendo un partido que cuenta[6]. La reacción inmediata de China demuestra que el asunto no está zanjado y que 2024 estará lleno de acontecimientos. Pero nuestro equipo sigue convencido de que a nadie le interesa una confrontación directa en la región, y la declaración de Biden de que Estados Unidos no apoya la independencia de la isla es un paso en esa dirección[7]. Por lo tanto, interpretamos los resultados como una obligación para chinos y estadounidenses de trabajar juntos, diplomáticamente, para encontrar un terreno común de modo que cada uno de los actores implicados pueda garantizar sus intereses y los del pueblo taiwanés.
4 – Peligrosas iniciativas estratégicas de actores débiles (Transdniéster)
En otras partes del mundo se prevén nuevas explosiones, también en el marco de esta tendencia a la reanudación de las tensiones con vistas a una resolución duradera de los conflictos “congelados”. Transnistria, región autónoma prorrusa de Moldavia (o enclave separatista moldavo, según el analista), que ha pasado a un segundo plano desde el conflicto ruso-ucraniano a las puertas de Europa, tiene enormes implicaciones estratégicas. Desde el 1 de enero, Moldavia impone un nuevo derecho de aduana a sus exportaciones (ya grava sus importaciones de la UE)[8] creando nuevas fricciones. Los rusos podrían aprovechar un equilibrio de poder a su favor y la creciente inestabilidad en el lado ucraniano/occidental para extender el conflicto a esta región. Como en el caso de Crimea, una base rusa con 1.500 soldados ya está allí. Una secuencia similar a la de la guerra de Georgia en 2008, con enfrentamientos entre ciudadanos de Transdniéster y el ejército moldavo, también es un escenario posible. Desde el punto de vista estratégico, un avance total de Rusia a lo largo de la costa del Mar Negro, que incluyera asegurar la posición de Odessa, sería una terrible bofetada para Ucrania y Occidente. Sin llegar necesariamente a una anexión tan definitiva como la de Crimea, una secuencia así formaría parte de la estrategia rusa para obligar a los ucranianos a ceder en un acuerdo de paz que implique la partición de su país.
Figura 1 – Mapa del frente ucraniano. Transnistria es la zona sombreada al este de Moldavia. Fuente: Financial Times
5 – Mar Rojo: vuelta a la lógica de la fuerza
Las tensiones en el Mar Rojo responden a esta tendencia de los actores más débiles a reavivar las tensiones, pero también de los actores fuertes, en este caso Arabia Saudí e Irán, a recuperar el control. Estos dos Estados, ahora unidos en el seno de los BRICS+, no permitirán que los Houthis hagan descarrilar los procesos de paz que están surgiendo en la región, cuyo tema central es, por supuesto, Gaza. Uno de los retos del año en la escena internacional es averiguar qué actor global será capaz de imponerse como creador de orden. Anticipamos que, en este caso concreto, serán los BRICS+ quienes logren encontrar la manera de aliviar las tensiones, resolviendo, probablemente en 2024, posiblemente en 2025, el conflicto de Yemen, restableciendo el diálogo entre Irán y Arabia Saudí, con la mediación de China[9] y allanando así el camino para una solución del conflicto israelo-palestino.
6 – UE: crisis final
Tras 2022, guerra en Ucrania, crisis energética, crisis climática, desindustrialización, etc., la Presidencia española de la UE terminó con otro conflicto más, la guerra en la Franja de Gaza. Cumbres europeas que no lograron superar el veto húngaro a nuevas ayudas a Ucrania; políticas europeas directamente cuestionadas por los ciudadanos (victorias ecologistas-escépticas en las elecciones nacionales, enormes manifestaciones de agricultores); un Parlamento Europeo que sigue esperando su “revolución” democrática… todos estos factores demuestran hasta qué punto los sistemas y procedimientos actuales están desfasados. Una gran mayoría de representantes políticos y comentaristas coinciden ahora en que la reforma es esencial, más aún ante la perspectiva de la ampliación a 37 países de aquí a 2030 (Ucrania, Moldavia, Georgia + los Balcanes)[10]. Sin embargo, llevarla a cabo con éxito requiere legitimidad y consenso, dos cosas que no tienen ni las instituciones europeas ni los Estados miembros, desde sus élites políticas hasta su opinión pública.
Por un lado, los federalistas de Bruselas aprovechan las crisis institucionales, argumentando que la perspectiva de una Unión de 30 o más no es compatible con el voto por unanimidad, por lo que intentan conferir mayores poderes a las instituciones europeas. Por otro, una mayoría cada vez más clara de ciudadanos se muestra reacia a una mayor integración europea[11].
Figura 2: Ampliación y opinión pública europea por país candidato. Fuente: Euronews, 12/12/2023
7 – Elecciones europeas: ascenso de la extrema derecha y endurecimiento de la UE
El punto de inflexión de la crisis será el ascenso de los partidos nacionalistas en las elecciones europeas del próximo mes de junio. Casi todos estos partidos se fundaron sobre la premisa de que su país debía abandonar la UE o el euro. Todos han evolucionado hacia una doctrina en la que ya no contemplan la salida, sino que desean cambiar radicalmente el proyecto europeo. A medida que se acercan las elecciones, no sólo lideran las encuestas en varios países, entre ellos Alemania, Francia e Italia, que suman un tercio de los escaños del PE, sino que son el movimiento político más coherente a escala europea. En 2024, esta unidad, que utilizarán para promover valores a menudo contrarios a los que constituyen la base de la integración europea, asustará irremediablemente a la burbuja de Bruselas, que bloqueará todos los cerrojos de una UE que ya no puede permitirse no evolucionar. El mejor ejemplo de ello es la carrera para evitar que Viktor Orban ocupe este verano el puesto de Presidente del Consejo Europeo, la “pesadilla del sistema de Bruselas”. Actualmente ocupado por Charles Michel, que dimitirá si es elegido eurodiputado en junio, el papel interino recaería en Orban, y Hungría ostentaría la presidencia rotatoria de la UE durante la segunda mitad de 2024[12].
8 – UE: influencia a media asta
Esta crisis, que se hará patente tras las elecciones, agravará una tendencia que ya está en marcha: la expulsión de los europeos de la escena internacional. Se manifestará a varios niveles:
El fin de los acuerdos de libre comercio de la UE tal y como los conocíamos (supuestamente uno de los puntos fuertes de la UE). La ratificación en noviembre del acuerdo con Nueva Zelanda[13] es, de hecho, una señal reveladora. Sólo los socios “occidentales” parecen ofrecer relaciones productivas, e incluso así, el acuerdo de libre comercio con Australia fue un amargo fracaso[14]. Mientras las regiones del mundo que ofrecen perspectivas de crecimiento importantes dan la espalda a Europa, como en el caso del acuerdo UE-MERCOSUR, que Argentina firmará un día u otro, quizás[15]… no cabe anticipar ningún avance en India[16], México o Indonesia, que ya no necesitan a Europa…
La cuestión de Ucrania, donde la UE se encuentra en una posición casi beligerante (compromiso prácticamente unánime en términos de armamento, formación militar y ayuda financiera, deseo de integrar a Ucrania en la UE como miembro de pleno derecho lo antes posible y una postura anti-Putin extrema que convierte a Rusia en el enemigo de Europa). Los europeos están de facto fuera de juego a la hora de resolver el conflicto. El Cuarteto de Normandía que guió los acuerdos de Minsk ha pasado definitivamente a la historia.
9 – Ucrania: proceso de paz en 2024, ¿sin los europeos, sin los estadounidenses, sin Zelenski?
Aunque nuestro equipo no se aventura a anticipar la firma de un acuerdo de paz en 2024 propiamente dicho, las condiciones deberían reunirse gradualmente en los próximos meses para desembocar en un acuerdo en 2025. Las elecciones rusas acabarán por confirmar el carácter indomable de Vladimir Putin, mientras que las elecciones europeas, la campaña estadounidense y la ausencia de elecciones en Ucrania revelarán el carácter inestable del bando contrario. Reiteramos aquí una anticipación para finales de 2023, cuando los ucranianos se darán cuenta de que el apoyo occidental está menguando y se alejarán de él antes de que se agote definitivamente, sobre todo porque es ahora y no a finales de año cuando necesitan dinero y armas. Buscarán un intermediario diplomático más al sur, en Arabia Saudí, Turquía, la Unión Africana, etc. Tras la imposibilidad de una contraofensiva ensayada en 2023, en 2024 debería haber pocos cambios en las posiciones estratégicas en el frente, lo que permitiría la evolución de las posiciones diplomáticas. Aunque no desempeñará un papel directo en las negociaciones, debido a la oposición rusa, las elecciones estadounidenses serán un factor de desbloqueo de la crisis (y es una lástima que se celebren tan tarde, por lo que no se puede anticipar una negociación de paz hasta finales de 2024/2025 como muy pronto). Aunque es prácticamente imposible anticipar el resultado de las elecciones, sea cual sea, es un país que se resiste a comprometerse de cualquier forma con el continente europeo, sobre todo si no gana nada con ello.
Gráfico 3: Opinión de los estadounidenses sobre la implicación de EE.UU. en Ucrania. Fuente: Gallup
¿Y Zelenski? Habiendo agotado todas las vías diplomáticas del mundo, y todavía hoy en Davos, ¿puede ser él quien busque una solución? Un gobierno de transición (por el que varios actores parecen querer optar hoy[17]) y probablemente militar, podría garantizar la emergencia de un compromiso diplomático que luego sería rápidamente ratificado por unas elecciones. Incluso sin elecciones, sus posibilidades de terminar 2024 como Presidente son escasas.
Política: tensiones internas y tendencias autoritarias
10 – Argentina opta por la vía dura
La elección de Javier Milei ofrece una perspectiva clara para Argentina. El planteamiento libertario del nuevo Presidente implica reformas económicas y administrativas radicales, con un saneamiento de las cuentas públicas, recortes del gasto y, en consecuencia, una reducción drástica de las prestaciones sociales. Aunque esto tendrá consecuencias para la desigualdad y la inseguridad laboral, y provocará tensiones sociales en el país, anticipamos que este enfoque puede dar resultados, sobre todo a corto plazo. En consecuencia, servirá de modelo para los países occidentales con los sistemas sociales más generosos. Esto avivará aún más la ira de la población.
11 – Cólera popular y reacciones autoritarias de los gobiernos
Esta es quizá la tendencia más estructurante de 2024 para el continente europeo. La situación ya es preocupante: agricultores en Alemania[18], Francia[19], Países Bajos[20], Polonia[21] ; camioneros[22] en Eslovaquia, Polonia, Hungría; trabajadores sanitarios en el Reino Unido[23]… No faltan movimientos sociales en el umbral de 2024 y, sobre todo, tienden a adquirir una dimensión transnacional[24]. Las tendencias económicas y sociales descritas a lo largo de este artículo echarán leña al fuego de la cólera popular, que sólo encontrará una expresión insatisfactoria en las urnas. Tras el primer cambio de gobierno en Francia, anticipamos nuevas dimisiones (la más evidente parece producirse en Alemania, donde Olaf Scholz tiene los días contados como canciller) y nombramientos de urgencia, o incluso elecciones anticipadas.
12 – Extrema derecha, radicalización política: malos tiempos para la libertad y la democracia
El ascenso de la extrema derecha en Europa no es en absoluto nuevo, pero cada año cobra más fuerza. Se traduzca en victoria o derrota, se reflejará políticamente bien en una alianza con los partidos de la derecha conservadora histórica, bien en una radicalización de las políticas nacionales, incluidas las que llevan a cabo partidos no extremistas en un gesto de autoprotección, como está haciendo actualmente el gobierno francés, o en los intentos de Alemania de prohibir la AfD[25], o de Estados Unidos de prohibir la candidatura de Trump… Tiempos sucios para la libertad y la democracia[26].
En términos más generales, esta tendencia se refleja también en la idea de un cambio en el modelo de poder mundial, con China sustituyendo a Estados Unidos. Nuestras sociedades son ahora demasiado complejas y están demasiado divididas como para que los dirigentes políticos no cedan a la tentación autoritaria para garantizar tanto la cohesión nacional como, sobre todo, el funcionamiento eficaz y productivo de las empresas.
13 – Los Estados Unidos de 2024
Un ejemplo perfecto de esta tendencia es Estados Unidos en 2024. Este será el resultado de las elecciones, no sólo la victoria de un partido u otro. No es una situación nueva[27], pero se volverá insoportable después de las elecciones y, también en este caso, forzará un giro autoritario por parte de la administración que tome las riendas del país en 2025.
14 – Francia: una fractura definitiva entre los ciudadanos y la élite política; ¿un bulevar para que la extrema derecha llegue al poder en 2024?
En Francia, esta tendencia se manifiesta sobre todo en la desconexión entre la élite política y los ciudadanos. La trayectoria del nuevo Primer Ministro, Gabriel Attal (que nunca ha salido de los barrios más acomodados de la capital desde su época escolar hasta su carrera política) es una prueba flagrante de ello. Su nombramiento se debe a su relativa popularidad, que a su vez se debe a su corta edad (34 años). Pero otro joven representante político está a las puertas del poder, Jordan Bardella (28), presidente del partido de extrema derecha de Marine Le Pen, Agrupación Nacional. Su partido, primera fuerza de la oposición en la Asamblea Nacional y que en 2019 se hizo con veintiuno de los setenta y nueve escaños franceses en el Parlamento Europeo, está llamado a dar un nuevo salto en las elecciones europeas de junio, poniendo de manifiesto la falta de legitimidad del actual Gobierno[28]. No se puede descartar el riesgo de que unas elecciones anticipadas lleven a Jordan Bardella a la jefatura del Gobierno en el segundo semestre[29].
15 – Alemania: Scholz se marcha
El año 2024 comenzó en Alemania con los agricultores bloqueando el tráfico y la Puerta de Brandeburgo con sus tractores, los conductores de trenes en huelga, grandes partes del país de nuevo bajo el agua y un canciller, Scholz, que no aprovechó el “momento Schröder” de vadear el agua con sus botas junto a los conciudadanos afectados por el desastre. Añádase a esto la destrucción de North Stream, las interminables entregas de dinero y armas a Ucrania, la agenda verde del Gobierno de coalición y, sin embargo, el fin de las subvenciones a los vehículos eléctricos, el freno de la deuda que arrastra al Gobierno a una crisis presupuestaria sin precedentes, el plan de gravar a los agricultores…. un índice de confianza en el mínimo histórico[30], los medios de comunicación denunciando la responsabilidad de Scholz en el asunto Wirecard, al tiempo que impulsan la popularidad de Boris Pistorius, actual ministro de Defensa (tras una serie de ministras muy impopulares, entre ellas Ursula von der Leyen). Así pues, el escenario está preparado para la salida de Scholz, que sigue dudando, en favor de un hombre de acción, Pistorius[31].
16 – El Vaticano: un líder sin Iglesia
El modelo unipolar de gobernanza ya no funciona, pues el mundo afirma su multipolaridad. Una institución, el Vaticano, que es de hecho el modelo mismo de la unipolaridad, no es una excepción a esta tendencia, y de aquí a 2024 perderá toda su dimensión significativa. Con el auge de un Islam atractivo y moderno[32], la creación de nuevos dioses (IA), la mayor visibilidad de las iglesias cristianas ortodoxas multipolares, las iglesias católicas nacionales cada vez más autónomas[33], y una “Tierra Santa” en guerra… anticipamos que el próximo Papa volverá a desempeñar el (simple) papel de Obispo de Roma.
17 – Cambio de rumbo para el Reino Unido, de vuelta a la UE
Suena atrevido, pero es perfectamente realista. El divorcio entre el Reino Unido y la Unión Europea se ha consumado sólo en apariencia, pero en realidad las estrategias económicas y comerciales del Reino Unido no se han desviado realmente de las de Europa. Sin embargo, a finales de año se espera que el Partido Laborista gane las elecciones[34]. Con Jeremy Corbin fuera de juego, las fuerzas antieuropeas de la izquierda británica serán escasas (y en la derecha David Cameron habrá firmado su fin con su última cartera como Secretario de Estado británico de Asuntos Exteriores, de la Commonwealth y de Desarrollo). Esto ha llevado a figuras tan influyentes como el alcalde de Londres, Sadiq Khan, a denunciar claramente el Brexit[35]. En consecuencia, hay dos escenarios sobre la mesa: si la situación económica del país empeora gravemente y los irlandeses[36] y los escoceses[37] consiguen presionar lo suficiente, es posible una nueva votación que desemboque en el regreso formal del Reino Unido a la UE; más sencillo aún y, por tanto, tanto más probable, un alineamiento puro y duro de las opciones políticas nacionales del Reino Unido con las decisiones europeas para garantizar un acceso fluido al mercado único, es decir, el Brexit blando evitado a toda costa por los tories….
Economía: la realidad supera a la teoría
18 – Crisis de la deuda pública
Las tendencias económicas siguen desafiando todas las teorías económicas y monetarias. Normalmente, en épocas de inflación y débil crecimiento, los gobiernos ralentizan su endeudamiento o incluso lo reducen (a medida que aumenta el coste de los préstamos y el dinero pierde valor, este mecanismo debería ponerse en marcha de forma natural). Sin embargo, esto no es lo que estamos viendo. Estados Unidos[38], al igual que los países europeos, ha seguido endeudándose masivamente y el coste de la deuda (pago de intereses) es cada vez más oneroso[39]. En 2024 esta situación empeorará, como hemos demostrado. Nuestro equipo cree que los tipos de interés se mantendrán altos (véase el resumen y las recomendaciones), pero sin que estalle definitivamente la burbuja. Aunque no podemos ver claramente que estemos desembocando en una crisis de la deuda, varios puntos de ruptura pondrán de manifiesto la crisis que se avecina:
La entrada en recesión de varias economías occidentales, que hará mucho más insostenible la estructura de las finanzas públicas a medida que nos acerquemos a 2025.
La expiración de los préstamos garantizados por el Estado, que alimentará las quiebras de las pymes (véanse los puntos siguientes) y reducirá los ingresos públicos.
La posible denuncia de las cuentas públicas en caso de cambio de gobierno como consecuencia de las elecciones. Este riesgo es especialmente grave en Estados Unidos, donde en caso de victoria republicana, un demócrata sería el claro culpable.
19 – Después de Birmingham, ¿París?
En septiembre de 2023, la segunda ciudad más grande del Reino Unido, Birmingham, se declara en quiebra[40]. Esta situación es descrita por los actores públicos de la ciudad como una “resaca” de la “gran fiesta” que fueron los Juegos de la Commonwealth en 2022. Es difícil no establecer paralelismos con París, que acogerá los Juegos Olímpicos de 2024. La ciudad ya está enormemente endeudada (con un aumento de la deuda del 200% durante la actual legislatura[41]). Es de esperar una resaca en el segundo semestre en París, en términos de finanzas públicas y de economía en general. Los precios inmobiliarios siguen bajando[42] y la reputación de la ciudad como destino turístico ha perdido parte de su brillo[43]. Una crisis económica/deuda es, por tanto, una seria posibilidad para la segunda mitad de 2024 o principios de 2025.
20 – Quiebras de empresas: alto riesgo de efecto dominó
Del mismo modo que el Ministro francés de Economía y Hacienda acaba de aceptar escalonar en tres años (hasta 2026) los reembolsos de los préstamos garantizados por el Estado concedidos durante el periodo COVID, con el fin de “salvar a determinadas empresas”[44], las economías europea y estadounidense se enfrentarán pronto a una serie de plazos. En muchos casos, estos plazos revelan la mala salud de ciertos grandes grupos (según el índice Allianz, empresas con ventas superiores a 50 millones de euros), lo que conduce a una cadena de quiebras. Mientras los focos de la economía alemana se centran en la quiebra del grupo austriaco Signa y todo su modelo de negocio, con sede en Alemania, al que arrastra consigo (efecto dominó)[45] , en 2023 Alemania tuvo su peor año en términos de quiebras empresariales, y no de las menores (grandes marcas de moda, telefonía, construcción, ingeniería mecánica, producción alimentaria, etc.)[46]. Las perspectivas para 2024 no son mejores[47], máxime teniendo en cuenta que en Europa habrá falta de inversión en muchos sectores como consecuencia de la crisis de la deuda pública (véase más arriba), y que para 2024, sumada a la crisis ucraniana, la crisis del Mar Rojo (y del Canal de Suez) repercutirá en el transporte y en los precios del transporte.
En Estados Unidos, la situación es aún más problemática, ya que la tendencia se ha mantenido e intensificado cada año desde 2022, y en 2024 no se anticipa un cambio de tendencia. La combinación del aumento de los tipos de interés, la subida de los precios, el fin de los estímulos y los niveles récord de endeudamiento de los hogares hace que el problema sea difícil de superar, especialmente en un año electoral[48].
Por tanto, anticipamos un gran número de quiebras en Europa y Estados Unidos, con un alto riesgo de efecto dominó, que no podrá ser contenido por todos los gobiernos. Por tanto, los Estados se verán tentados a buscar dinero “fácil” de los contribuyentes[49], sus inversiones y ahorros… ira de la gente… radicalización política…
21 – La inflación y los tipos de interés seguirán altos pese a los bajos precios de las materias primas
La inflación seguirá siendo elevada en 2024, con una alternancia entre el estancamiento y la subida de los precios. En diciembre de 2023, la inflación repuntó en Europa[50] y en Estados Unidos[51], la inflación se está extendiendo al sector servicios, los precios agroalimentarios siguen altos[52], las tensiones en el Mar Rojo reavivan los temores[53], el sector de la vivienda de alquiler está bajo presión debido a la falta de viviendas y a una actitud de espera ante la compra, lo que está empujando los precios al alza. En resumen, la inflación está lejos de terminar, y los gobiernos europeos lo han comprendido negociando una prórroga del apoyo a los precios de la energía hasta finales de 2024. Esta tendencia contrarrestará la voluntad de bajar los tipos de interés, que no tendrán más remedio que mantenerse al mismo nivel, o incluso subir más, contrariamente a lo anunciado a finales de 2023[54]. Y estas subidas resistirán a unos precios de las materias primas relativamente bajos.
22 – Productos básicos y materias primas: precios a la baja en mercados complejos y contradictorios
Los precios de las materias primas han caído un 10% en 2023, según el indicador de Bloomberg[55]. Esperamos que esta tendencia continúe en 2024, a pesar de la aparente contradicción con la elevada inflación. Esto puede explicarse por el hecho de que los gobiernos están entrando en recesión y las empresas luchan contra la deuda y la falta de inversiones y pedidos, pero aun así intentarán lograr algún tipo de rentabilidad subiendo sus precios.
También en este caso, la actitud de espera resultante de las elecciones, las dificultades de las mayores economías del mundo, las tensiones geopolíticas en varias partes del mundo y las tensiones comerciales, en particular en torno al mercado de los coches eléctricos, las baterías y los semiconductores, tendrán un impacto negativo en la inversión e impulsarán los precios a la baja. Esta tendencia ya se observa en productos y regiones como el níquel en Indonesia[56] y el mineral de hierro en Guinea[57].
23 – Petróleo barato
Las previsiones de[58] para el mercado del petróleo apuntan todas[59] a una estabilidad de precios baratos. El equilibrio entre la oferta y la demanda parece ser el principal factor de estabilización de los precios. Por un lado, los productores prevén recortes de la producción, mientras que, por otro, el crecimiento de la demanda se ralentizará como consecuencia de una desaceleración más general de la actividad económica.
24 – Sector inmobiliario: la burbuja sigue desinflándose, arrastrando a la economía
Los precios de la vivienda en Europa llevan dos años cayendo a un ritmo constante[60] y seguirán bajando en 2024. La principal razón de este descenso es el alto nivel de los tipos de interés. Como ya hemos escrito, seguirán siendo altos en 2024, por lo que la caída continuará. Esta caída también refleja la corrección de una burbuja que se infló con los bajos tipos de interés previos a la crisis. De momento, no ha habido explosión, y probablemente no la habrá, porque todos los actores implicados son conscientes de que los inmuebles están sobrevalorados. El ritmo de caída variará de una ciudad a otra.
El aspecto más problemático de esta tendencia es su impacto en el resto de la economía. La inversión se está posponiendo en masa, ya sea por parte de profesionales del sector o de particulares que buscan vivienda o ingresos pasivos[61]. Este tipo de inversión en el sector de la construcción está impulsando a muchos otros sectores, y será una de las causas de que las economías europeas entren en recesión y de la oleada de quiebras que estamos a punto de experimentar.
25 – Crisis financiera: “Burbuja tecnológica” en Estados Unidos
Figura 4: Los 7 “magníficos” (mercenarios) de American Tech y su peso en el mercado. Fuente: moomoo
Aunque no es necesariamente insuperable, esperamos que estalle una burbuja financiera en las acciones tecnológicas estadounidenses. Hay muchas señales que apuntan en esta dirección, y deberían converger en 2024[62]. Los aspectos problemáticos de la situación económica general no animarán a invertir; los valores tecnológicos han subido mucho en los últimos años, y algunos están claramente sobrevalorados[63], en particular los de los 7 “mercenarios”, aunque representen casi un tercio del valor del mercado estadounidense; las innovaciones, en particular en hardware, se ralentizan y avanzan mucho menos que en el pasado[64]; La llegada de la IA ha perturbado el ritmo de la innovación en los últimos años, y ahora tenemos que ocuparnos de la futura regulación y encontrar aplicaciones prácticas para esta nueva tecnología (véase nuestro artículo Una visión del futuro para los lectores); la dimensión política de los gigantes tecnológicos es ya universalmente reconocida, y bastaría otro escándalo durante la campaña estadounidense para que estas empresas se convirtieran en una inversión que no puede considerarse neutral[65].
Para algunos analistas[66], los años 2024-2025 verán estallar todas las burbujas, desde la burbuja de la deuda (mercado de bonos) hasta la bolsa y el mercado inmobiliario, los tres pilares de la economía. 2023 marcó la pauta, y 2024 seguirá el ejemplo…
26 – Abandono generalizado de la tecnología
Esta tendencia se verá acentuada por un periodo de pausa tecnológica que se extenderá a lo largo del año, aunque a distintos niveles. La generación más joven tiene una relación con la tecnología que no debe caricaturizarse únicamente por el aumento de la dependencia, ya que muchas personas cuestionan el uso constante de herramientas tecnológicas digitales[67]. El año 2024 también estará marcado por una mayor regulación del sector y por quiebras potencialmente importantes. Combinado con las tensiones sobre el acceso a los recursos y la energía, anticipamos una pausa en el progreso y el uso de la mayoría de estas tecnologías. No se trata de un retroceso puro y duro del progreso tecnológico, sino de una pausa de un año en la carrera hacia el futuro, que en la mayoría de los casos nos permitirá dar un necesario paso atrás y replantearnos los usos más beneficiosos para depurar las prácticas más invasivas.
27 – Se cuestionan los objetivos climáticos y medioambientales
Otro reto tendrá que ver con los objetivos climáticos y medioambientales de los gobiernos. En este sentido, el Reino Unido puede considerarse un precursor[68]. En los últimos años, los gobiernos y las instituciones internacionales se han apresurado a fijar objetivos ambiciosos sin dotarse de los medios para alcanzarlos ni medir la magnitud del trastorno económico y político que supondrían. A medida que consideraciones mucho más realistas se impongan en el clima económico, la primera víctima será sin duda la agenda climática. Esta tendencia podría agravar las tensiones sociales entre, por un lado, una parte de la población que ha integrado el medio ambiente en todo su software político y, por otro, otra parte de la población que se niega a hacerlo y los gobiernos que toman las decisiones.
28 – Los occidentales tendrán que volver a trabajar…
La crisis de la COVID puso de manifiesto el callejón sin salida en el que habían quedado atrapadas las economías occidentales: una economía basada esencialmente en los servicios y las finanzas. Esta situación condujo a una nueva toma de conciencia y a decisiones políticas centradas en los objetivos de reindustrialización y autonomía estratégica. Proyectos ambiciosos que han tardado en encontrar una expresión política concreta, pero con el IRA a un lado del Atlántico y los planes europeos de inversión industrial al otro, estas ambiciones empezarán a tomar forma en 2024.
Gracias a estas medidas, a las que hasta ahora se ha prestado muy poca atención, los ciudadanos occidentales se arremangan y vuelven al trabajo. Esta tendencia se ve alimentada por una serie de fenómenos: la introducción de la inteligencia artificial, que podría sustituir a determinados empleos, las quiebras de empresas, las tensiones geopolíticas y comerciales internacionales, las tensiones sobre el abastecimiento energético (nada funciona mejor que el trabajo duro), la crisis del sentido del trabajo, etc. Todo ello conducirá a una reducción de los empleos de servicios (empezando por los calificados de empleos basura) y a un aumento de los empleos industriales y obreros. Las repercusiones políticas y sociales serán mixtas, ya que pueden tanto provocar protestas como ser bien acogidas por quienes encontrarán en estos empleos una mayor realización que en los servicios.
29 – Reducción de los flujos migratorios
La demanda de vuelta al trabajo se verá alimentada y sostenida por una reducción de los flujos migratorios hacia Europa, principalmente como resultado de políticas gubernamentales voluntarias, pero también por el inicio de una inversión de la atracción de las poblaciones migrantes[69]. El declive de la influencia de la UE y el ascenso de los BRICS y del Sur Global como modelos globales comenzarán a reflejarse en los flujos migratorios en 2024.
30 – En 2024, la población china sigue disminuyendo
2024 también podría ser un año decisivo para la inmigración a China. China vuelve a abrir las puertas a la inmigración por motivos de negocios, estudios y turismo[70], pero también podría inclinarse a abrir sus puertos (no sólo físicos, sino también virtuales) a la inmigración de trabajadores para mantener en funcionamiento sus centros de producción y distribución debido al envejecimiento de su población. En 2002, el 14% de la población china tenía 65 años o más. Las nuevas políticas de natalidad, sobre todo teniendo en cuenta que la tasa de fecundidad está bajando incluso en China, tendrán muy poco efecto sobre este envejecimiento de la población a corto plazo. Para equilibrar su balanza demográfica de población activa y consumidores en el futuro, China necesitará un flujo de unos 50 millones de inmigrantes en las próximas décadas[71]. Si las puertas de China se abren, una marea se precipitará hacia este nuevo Eldorado del empleo, sea cual sea la naturaleza del trabajo. No cabe duda de que el gobierno chino tomará todas las precauciones para salvaguardar su “imperio interior”, y que utilizará todas las tecnologías que promete la IA para mantener a raya a una masa de trabajadores no tan inmigrantes.
31 – Bitcoin = oro digital, según el Gobierno de EE.UU.
El mensaje es claro: el gobierno estadounidense valida el interés financiero de Bitcoin, a corto plazo, e incluso podría hacerse con su control a largo plazo. 2024 comienza con fuerza para el mundo de las criptomonedas, con la histórica decisión de la SEC estadounidense de autorizar la cotización de ETF de Bitcoin en los mercados financieros de EE.UU.[72]. Con ello, la administración estadounidense reconoce el interés y la existencia de esta criptomoneda, una primicia para una potencia mundial. Observamos que esta acción se lleva a cabo en concertación con Blackrock, que invierte de forma más discreta a través de compras de participaciones y adquisiciones de empresas del sector[73], y que será uno de los principales distribuidores de ETF[74].
A medida que avance el año, la legitimidad de Bitcoin irá en aumento y será aceptado por un público mucho más amplio. Su precio subirá sin duda, aunque no esperemos una explosión dada la reacción inmediata más bien tímida.
A largo plazo, esta decisión, combinada con una política de fomento de la instalación de empresas mineras de Bitcoin en suelo estadounidense, otorga a Estados Unidos la capacidad técnica para establecer un control casi total sobre esta criptomoneda. Esta posibilidad es coherente con nuestra expectativa de que Estados Unidos no está atrasado ni es ingenuo en el desarrollo de una CBDM, sino que está favoreciendo la estrategia de imponer el control sobre una criptomoneda que pondrá a su servicio en lugar de crear una moneda digital. La contraofensiva a la desdolarización del mundo está en marcha.
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[1] Fuente: APNews, 21/11/2023
[2] Tras prometer que optaría por el dólar, el Gobierno argentino acaba de confirmar que “los contratos pueden celebrarse en bitcoin”. Fuente: Les Echos, 22/12/2023
[3] Fuente: Reuters, 10/08/2023
[4] Etiopía acaba de firmar un acuerdo histórico con Somalilandia, adquiriendo parte del puerto de Berbera para garantizar el acceso al Mar Rojo. Fuente: France24, 01/01/2024
[7] Fuente: BNN Bloomberg, 13/01/2024
[8] Fuentes: Balkan Insight, 11/01/2024 y Courrier des Balkans, 10/01/2024
[9] Fuente: Reuters, 14/01/2023
[10] Fuente: Vie Publique, 24/11/2023
[11] Cada bando defiende su propia reforma. La derecha nacionalista y nacionalista también apoya una reforma de la UE, pero “nacionalista” (un contrato entre naciones). Fuente: DW, 08/10/2023. Los federalistas comparten visiones diferentes, que van desde un “superestado” europeo con “supersoberanía” (americanista-imperialista) hasta un federalismo progresista y pragmático basado en la elección de los ciudadanos europeos expresada a través de auténticos partidos y organismos transeuropeos. Fuente: Le Grand Continent, 29/12/2023
[12] Fuente: Euronews, 08/01/2024
[13] Fuente: Comisión Europea, 27/11/2023
[14] Fuente: France24, 30/10/2023
[15] Fuente: Reuters, 04/12/2023
[16] Mientras que el acuerdo Reino Unido-India se encuentra en las últimas fases de negociación, el camino hacia un acuerdo UE-India parece largo. Fuentes: MINT, 16/08/2023 e India Briefing, 10/01/2024
[17] Fuentes: Radio Classique, 07/12/2023; Le Monde, 06/12/2023, AsianTimes, 11/11/2023
[20] Fuente: The Guardian, 16/11/2023
[21] Fuente: Reuters, 06/01/2024
[22] Fuente: World Crunch, 06/12/2023
[23] Fuente: Reuters, 03/01/2024
[24] Fuente: The Guardian, 15/01/2024
[27] Fuente: Yougov, 30/04/2023
[28] A RN se le atribuye “el 28,5% de las intenciones de voto expresadas. Diez puntos por delante de Renaissance, MoDem y Horizons”, según el último sondeo. Fuente: BFMTV, 13/01/2024
[29] De ahí el nombramiento de Gabriel Attal, el arma “anti-Bardella”. Fuente: FranceTVInfo, 11/01/2024
[31] Fuente: Tagesspiegel, 07/01/2024
[33] Fuente: France24, 12/03/2023
[36] Fuente: The Journal, 12/01/2024
[37] Fuente: Politico, 17/11/2023
[38] Fuente: Statista, 11/2023
[40] Fuente: Le Monde, 27/09/2023
[41] Fuente: BFMTV, 13/12/2023
[42] Fuente: Capital, 07/01/2024
[43] Fuente: Quartz, 26/07/2023
[44] Fuente: La Croix, 08/01/2024
[47] Fuentes: Merkur, 14/01/2024 y Trending Topics, 09/01/2024; Le Courrier des Stratèges, 15/12/2023
[48] Fuente: Reuters, 03/01/2024
[49] Fuente: Agrarheute, 12/01/2024
[50] Fuente: The Guardian, 05/01/2024
[51] Fuente: Casa Blanca, 11/01/2024
[52] Fuente: Ekathimerini, 11/01/2024
[53] Fuente: Bloomberg, 13/01/2024
[54] Fuente: The Guardian, 10/12/2023
[55] Fuente: The Economist, 04/01/2024
[56] Fuente: Fast Markets, 08/01/2024
[57] Fuente: Nasdaq, 07/01/2024
[60] Fuente: Euronews, 03/10/2023
[61] Fuente: Idealista, 18/12/2023
[62] Algunos lo consideran el cisne negro de 2024. Fuentes: moomoo, 26/12/2023; Medium, 08/01/2024. O el Banco de Inglaterra, fuente: CNBC, 10/10/2023.
[63] Fuente: Barron’s, 23/10/2023
[64] Fuente: Wall Street Journal, 23/02/2023
[65] Fuente: Brookings, 14/06/2023
[66] Cf Housepricecrash, 17/12/2023
[67] Fuente: Light Reading, 23/08/2023
[68] Fuente: AP News, 20/09/2023
[69] Fuente: FRA Europa, 23/10/2023
[70] Fuente: Xinhua, 11/01/2024
[71] Fuentes: Wislon Center, 31/05/2022; The Conversation, 18/07/2023
[72] Fuente: Reuters, 11/01/2024
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